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lunes, 24 de marzo de 2008

Lo suyo es puro TEATRO


Publicado por Estampas

Ana María Simon y Rafael Brito -la nueva pareja (en las tablas)- confiesan divertirse juntos en sus últimas andanzas: una comedia austríaca del siglo
XIX, adaptada al siglo XXI venezolano, que, según palabras de la actriz, es una montaña rusa emocional
Por Maruja Dagnino.
Fotos: Natalia Brand

Ana María Simon y Rafael "el Pollo" Brito están viviendo juntos una aventura.
O, dicho de una manera más justa, Rafael Brito se ha lanzado de la mano de
Ana María hacia una nueva experiencia: montar una obra de teatro.

Dirigidos por Mario Sudano, la actriz y el cantante estrenarán, el próximo 3 de abril en Corp Group Centro Cultural, una obra del autor austríaco Arthur Schnitzler. Se trata de un guión de finales del siglo XIX, cuya publicación fue prohibida en su
época en Alemania, y al que la policía de Budapest impidió, en 1912, su puesta
en escena. La Ronda, como se titula originalmente esta obra, está traducida al español por el mexicano Otto Minera, bajo el título de Un cuarto para los dos,
y es una versión libre de la misma Ana María Simon. Después de todo, parece que este par compartirá habitación.

De qué trata la obra?
Ana María: "Se trata de diez historias entrelazadas por un personaje que siempre ha estado en el episodio anterior. Esa es la estructura. Y aunque uno nunca tiene la verdad absoluta sobre nada, y es muy pavoso eso de ¿cuál es el mensaje de la obra?, creemos que lo que pasa allí puede resultar un espejo para los espectadores. Los miles de espectadores que van a ir. Pero tiene que ver con la actitud, con la manera de comportarse con una u otra persona. Es decir, no somos iguales siempre. Uno puede ver que este personaje, que es el mismo que estaba en la primera historia, puede llegar a ser diametralmente diferente en la historia siguiente, porque la persona con quien se interrelaciona es distinta".

¿Es muy evidente ese cambio en el personaje?Rafael Brito: "A lo mejor uno es más caballero que el otro, uno es más seco que el otro… siempre va a haber alguna diferencia.
Tú tratas a tu hermano de una manera diferente a como tratas a tu amigo, y sigues siendo tú".

Esta es tu primera obra de teatro, ¿no?
RB: "Sí, esta es mi primera obra. Aunque siempre he tenido la tendencia a imitar personajes. En este caso es un reto porque es bastante letra y cuesta aprenderse todo eso. Pero como dice Ana María, lo más importante de un actor es que el público, cuando te vea, no te vea como 'el Pollo', sino como un taxista, como otro tipo. De repente en una obra donde tú haces un solo personaje es más sencillo, porque tienes una sola voz, una sola postura, pero aquí son cinco personajes, aunque en realidad son diez, porque cada uno tiene dos caras distintas. Para mí es un reto, no sé si difícil o fácil, pero es más difícil que cantar".

¿Cómo terminaste embarcado en esta aventura?
RB: "Yo no tuve mucho tiempo para decir que sí. A mí me dijeron: 'Dale pues'. Pero sí me eché un poquito para atrás cuando comencé a hojear el texto y había parlamentos de seis líneas".

¿Te inventaste algún código para recordar los textos o Ana María te enseñó alguna técnica?
RB: "Es como el miedo que da cuando uno va a cantar. Uno sabe que sabe, pero le da miedo. Cantando a mí también se me olvidan las letras, pero como yo allí estoy en mi territorio, sigo".

En el teatro no puedes tararear el texto…RB: "No, no puedo. Cuando hablamos con el director, él me preguntó: 'Mira, ¿y en qué has actuado tú?'. Y yo me acordé de que en quinto grado hice una obra que se llama El Odontólogo, donde hacía de paciente. No decía nunca nada. El que hablaba era el odontólogo. Yo lo que hacía era gestos. Esa es la única actuación que yo he hecho en mi vida".

¿Esto no es una tortura en la que te está metiendo Ana María? Es decir, ¿cuál es el próximo paso? ¿Tú te vas a vengar de ella y la vas a poner
a cantar?

AMS: "¡Noooo!, si él empezó".

Quiere decir que ya te puso a cantar…AMS: "Las reuniones de músicos se ponen muy musicales, y en el repertorio ya hay como dos, que son las que me pone a cantar frente a Frank Di Polo, gente súper seria. Yo con él no voy a lograr vengarme de los sustos que he pasado".

RB: "Pero no es lo mismo, una canción dura tres minutos. Es decir, me faltan como 30 canciones para sentirme vengado".

Ana María, es difícil creer que te asustes…
AMS: "Me aterra, porque cuando uno está entre músicos se siente como en Latin American Idol. Medio desafinas y te van a linchar. Es sabroso, y al final uno canta y se divierte, pero en teatro es igual. Siempre tengo miedo. En todas las obras digo que no voy a hacer un estreno más, pero no es un susto que te paraliza, sino que más bien te energiza".

¿Es una mezcla de gustico con sustico?
AMS: "Gustico con sustico. Sí, eso es".

Entre la actuación y el canto
Ana María se considera una persona seria, y además celosa, aunque inmediatamente aclara que eso sólo aplica a su propia vida. "Soy celosa con mis cosas, quiero decir. No me gusta ser el centro de atracción en una reunión, y me encantan esas fiestas de músicos porque allí soy más bien espectadora. A Emilio Lovera le pasa lo mismo. Dice que no hay cosa que le moleste más que llegar a un sitio y que le pidan un chiste, porque él, en realidad, es muy tímido. Tú le pides al Pollo un chiste y después no lo puedes callar, pero a Emilio no le gusta. Y Luis Chataing es igual. Eso de ser el centro de atracción es algo que, a lo mejor, la gente podría pensar que a uno le gusta. Pero nada más lejano, al menos en mi caso".

En torno a la experiencia de trabajar juntos, Ana María Simon y Rafael Brito parecen experimentar una plenitud profesional. "Yo siempre he pensado que el teatro es trabajar con la gente que uno quiere, que uno admira, y con la que se tiene cierta garantía de que se puede divertir", dice ella. "Para todo lo demás -agrega- existe Master Card: para estresarse, para trabajar con quien uno no quiere, pero te toca y lo haces. Yo, lo que siento, es que trabajar en teatro es un divertimento. No concibo otra forma que pasarla bien. De pronto esto puede ser para 'el Pollo', en algún momento, una tortura, pero tratamos de hacerlo lo menos tortura posible y que se divierta, porque además es una comedia. Hay material para divertirse".

¿Y qué ha sido lo más complicado y lo más sencillo para Rafael?
RB: "Para mí es más fácil actuar que aprenderme 18 líneas de texto. Aquí hay personajes que son bien cómicos, cotidianos; otros más raros, unos que son muy cultos, y hay palabras que uno ni siquiera sabe qué significan, entonces se pone dudoso. Pero ya se está haciendo más fácil, sobre todo porque me puedo guiar por los movimientos de Ana María".

Estar enamorado de la maestra ayuda, ¿no?
RB: "Lo que pasa es que uno tiene una confianza en Ana María y el director".
Me dijeron que "el Pollo" estaba crudo, que no quería que lo vieran ensayando…

RB: "Fíjate que Jorgita (Rodríguez) es la productora y todavía no ha visto un ensayo. Cuando uno va a cantar, uno no desafina porque quiere. A uno se le va el gallo y desafina".

AMS: "Se le va el gallo, y desafina el Pollo (risas)".

RB: "Yo no voy a decir que este es el comienzo de una carrera, pero sí es parte de la carrera, igual que la música tiene que ser parte de la profesión de Ana María, porque va a llegar un momento en que ella tendrá que cantar".

Como Johnny Depp en Sweeney Todd…RB: "…Y es chévere que un músico le diga que es afinada. En este caso, la música tiene que ir del lado del actor y, la actuación, del cantante".

¿Ana María es afinada?
RB: "Sí. Hay mucha gente que dice que es cantante y que no afina".
Tengo entendido que a ti te llaman "el Pollo" porque a tu papá le decían "el Gallo"…

RB: "Eso es mentira. Yo era flaquito y chiquito, y hablaba ronco. Entonces me decían 'Pollo Ronco'".

¿Qué te hizo pensar a ti que Rafael Brito podía ser buen actor?
AMS: "Primero, que me parece una persona muy histriónica, en general. En sus shows él siempre produce algo más, al margen de que canta. Y porque yo trabajo con la gente que respeto y yo respeto mucho al 'Pollo' como profesional porque lo he visto trabajar en sus cosas y entiendo la seriedad con la que se maneja. Él no tendría que ser distinto acá y no lo ha sido. Creo que, como te dije desde un principio, yo
hago teatro, además, con gente con la que, sospecho, me puedo divertir".

Quiere decir que se están entendiendo bien como pareja. En el teatro, digo…
AMS: "Muy bien".

¿Qué sabor esperan ustedes que le quede al público de la obra?
AMS: "Esa ambigüedad que tienen algunos espectáculos, de moverte los sentimientos de arriba para abajo: de repente estás muerto de la risa, después estás llorando y sales con el rímel todo corrido, pero riéndote. En realidad, ni siquiera es lo que quiero que pase, sino que es lo que va a pasar porque nos pasa a nosotros ensayando".

RB: "Hay escenas divertidas, pero hay escenas tristes que, cuando las estamos ensayando, Ana María dice que le dan ganas de llorar".

AMS: "Sí, es como una montaña rusa la cosa. Y ver a un personaje que quizás te enternece y que en la siguiente (escena) lo quieres matar porque es un patán, o porque es una grosera, resulta muy interesante. Para nosotros ha sido muy rico. Y devastador a veces. Algunos de estos personajes son muy miserables, y ese sabor agridulce es lo que yo creo que te puede dejar la obra. No es una obra ligera. No es drama ni es comedia. Es un poco de los dos. Es la vida, pues. Es la vida".

Asistente de fotografía: Rodolfo Beer

1 comentario:

Anónimo dijo...

los felicito, el pollo es muy buen actor