Si naciste en Caracas y no has hecho al menos el 60% de lo que aquí se relata, lo siento mucho mi querido internauta pero estas padeciendo de alguno de estos síntomas:
1- Eres mas Viejo que Matusalén y naciste en Caracas en la época de José Gregorio Hernández.
2- No eres realmente Caraqueño.
De todas maneras, lo importante es que estas a tiempo de revindicarte y lanzarte a probar lo que no has hecho de lo aquí se comenta, te invito a aventurarte y para aquellos que sí han hecho lo mínimo para pasar la prueba, entonces estoy segura de que sentirán gran nostalgia y en el momento que vayan de visita a Caracas tratarán de volver a hacerlo.
Empezamos por un Viernes después de salir del trabajo, o simplemente después de haber planeado el famoso “qué hay para hoy?” con los panas de la universidad. El sitio de encuentro para después decidir qué hacer, es la bomba Texaco en las Mercedes. Si no estabas de ánimo para rumbear, tu deseo era estar en un lugar de tipo tranquilo para tomarse algo, como lo son por ejemplo Auyama Café en las Mercedes ó Suka Bar en el San Ignacio.
No hay nada más rico que sentarse a chismear con los panas en auyama, tomarse unas cervecitas o un vodkita con jugo de naranja mientras disfrutas de una bandeja auyama que trae las espectaculares chupetas de cangrejo y los tequenos de este sitio que a mi juicio son los más ricos de toda Caracas, claro está que no estoy tomando en cuenta los del restaurante el Carrizo en la Castellana, porque me estoy refiriendo a sitios tipo tranquilo para tomar algo. También te podías antojar de la ensalada de la casa o de la bandeja tequenera, AY DIOSSSS, de solo acordarme se me hace agua la boca.
Estando aquí, aunque tus intenciones no eran las de rumbear, puede que te brotara la vena rumbera después de unos traguitos y después de escuchar la musiquita de grupos en vivo que siempre hay en este lugar. Entonces era muy probable lanzarse a sitios como SAWU (en las Mercedes) VINTAGE (en el San Ignacio) o PIU (en las Mercedes).
Si de lleno ya tenías la intención de rumbear lo más probable es que hicieras el pre despacho en Whisky Bar (San Ignacio) o en 360 grados en el hotel Altamira suites dónde lo ideal era ir con tu pareja y disfrutar de la vista de Caracas en la terraza de éste maravilloso lugar y dónde no podías dejar de tomarte un Cosmopolitan y probar las exquisitas pizzas.
Después de salir de rumbear, nada más rico que comerse una arepita o un asquerocito. La arepita podía ser en la Casa del Llano o en la Caracas de Ayer y si ya tus pies no daban mas por lo de la rumbita, entonces no tenías por qué bajarte del carro, solo te dirigias al Ciempies (conocida por muchos como el Trolly) en las Mercedes, estacionabas tu carro, ponías la luz de cruce e inmediatamente aparecía el mesonero al que le pedías que por favor te trajera una “QUESERA CON TOCINETA, señores qué delicia de arepa, otra vez se me hace agua la boca. Si preferías un asquerocito, le decías a tu novio que por favor se bajara y comprara uno en el perrocalentero de las Mercedes que está detrás del CADA y que lo pidiera con fascilista por favor…… EL MEJOR ASQUEROCITO de la ciudad.
Para el Sábado planeabas una salida a la playa. Que rico era ir en rústico a Playa Paraíso y tomarse una GUARAPITA de las negritas del pueblo de Todasana. Y de regreso bañarse en los ríos y pararse en los restaurancitos de pescado que están a la orilla de la playa y pedir un “COMPLEMENTO” que es un plato que trae pescado frito, camarones rebosados y tostones.
Si en vez de la playa preferías el friito, pues entonces el destino era la Colonia Tovar. Lo malo de esta idea era calarse las largas colas, pero si querías evitarlas te podías ir por la Victoria o por Los Teques, total no importaba la distancia “estabas de paseo”. Una vez que llegaras a la Colonia, no había nada más rico que comerse un “CARRUSEL” en el hotel Selva Negra o una sopa de Cebolla en el Restaurante “LA CAVA”, se acuerdan? el de la mermelada gigante en la entrada?.
De regreso era un pecado mortal si tu novio no se bajaba a comprarte un golfeado en el Rey del Golfeado, no no no, eso si era imperdonable.
Otro plan B sabatino era subir al ávila pero no por el teleférico sino por la vía de tierra con tu rústico y comer los deliciosos sandwiches de pernil con el respectivo juguito de mora.
Para el Domingo yo prefería algo realmente tipo tranquilo, por lo que las opciones estaban entre ir a cenar a DAS PASTEL HOUSE en el Hatillo (para comer las riquísimasssss pizzas a la crema y la ensalada César con el respective jugo de durazno) o comer en Tony Roma’s de la Castellana (para degustar el exquisite brownie gelato que te sirven en un sartén calientico) o si era algo más rápido para luego ir al cine pues la opción era el carrito de comida Mexicana que estaba en el estacionamiento de un Centro Comercial en el Cafetal.
En las mañanas de los domingos, era tema obligado que alguno de mi familia (incluyéndome) fuera a comprar los espectaculares pastelitos andinos que venden en la frutería que está en frente de los cines del CCCT, Dios santo!!, en mi vida he probado mejores pastelitos que esos. Lo único con lo que podíamos sustituir estos pastelitos en mi casa un Domingo, era con las empanadas que venden en un localcito en frente de la plaza del pueblo del hatillo, son demasiado buenas la verdad.
Bueno señores, qué me dicen?, pasaron la prueba o no?.
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2 comentarios:
Dios mio aqui estoy muriendo por todos esos recuerdos mejor descrito imposible, como extraño a Caracas. En el pais que vivo que es Noruega desde hace 2 años, la vida es super aburrida, en cambio en Caracas todo es tan facil y diferente.
Hola Ana, te comprendo perfectamente. Gracias a Dios la gente aquí en México, es la que me ha ayudado a superar la lejanía, porque al fin y al cabo son latinos y son muy buenas personas y no son aburridos para nada, lo único que me quejo, es que no les gusta mucho bailar y al merengue le dicen música tropical y no es como en Venezuela que todo el mundo baila, claro que jamás lo voy a preferir antes que Venezuela y no por nada malo, sino que extrano a mi gente.
En el ano 95 viví en los EE.UU y allí si te digo que me sentía malísimo, estaba al norte de Florida que para ese entonces no había tantos venezolanos como ahora y era increible ver que lo máximo que te podía decir un vecino era HI y Bye. Fue horrible, demasiado frios para mi gusto y ademas tan extremadamente ordenado que a mi me daban ganas de salir corriendo.Qué te puedo decir, soy latina y me encanta el caos.
Un Abrazo
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