domingo, 26 de octubre de 2008
El petróleo se vuelve contra Chávez
elpais.com
El descenso de los precios del petróleo amenaza la estabilidad interna de Venezuela y la exportación del "socialismo del Siglo XXI" del presidente Hugo Chávez al resto de América Latina. El crudo representa el 98% de las ventas externas y le permite a Caracas ayudar a sus buenos amigos en la región. El problema es que en los últimos tres meses, el barril venezolano se ha desplomado en un 50%, al ritmo de la crisis económica mundial -en julio de 2008 se cotizaba en 126,46 dólares (98,45 euros) y al cierre de ayer se situaba en 56,82 dólares por barril-.
El Gobierno venezolano, sin embargo, prefiere no dar señales de preocupación. El presidente Chávez dijo el miércoles en la televisión nacional que la economía "no se vería afectada" por el desplome del petróleo. "Por el contrario, seguirá creciendo", afirmó. Mientras tanto, en Viena, los delegados venezolanos presionan ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para que recorte la producción para forzar al alza de los precios. Irán y Nigeria, dos de los socios más fuertes del cartel petrolero, apoyan a Venezuela, pero Arabia Saudí, el mayor exportador mundial, es quien tiene la última palabra.
El presidente venezolano, en línea con lo que creen muchos analistas, no descarta que la crisis obligue a echar mano de las reservas internacionales para financiar el gasto interno y externo del país, pues la actual producción petrolera no será suficiente para cumplir estos compromisos y el ahorro es una alternativa que no se vislumbra.
Aunque el ministro de Economía, Alí Rodríguez, anunció inicialmente un plan de austeridad para el año próximo, el proyecto de presupuesto para 2009 -entregado el martes al Parlamento- no contempla recortes. Por contra, prevé un aumento del 23% en los gastos (que ascenderán a 78.604 millones de dólares). Eso sí, serán distribuidos en forma distinta. En la "dirección estratégica de la construcción de la plena felicidad", reza el proyecto presupuestario, se asignará menos dinero al desarrollo de la "economía comunitaria" y a la construcción de viviendas, por ejemplo, y se incrementará en un 26% el presupuesto de Defensa.
Más del 45% del gasto será financiado con los ingresos petroleros y el resto, con los diferentes impuestos y tasas. La previsión del Gobierno es que, en 2009, Venezuela producirá 3,66 millones de barriles diarios y recibirá al menos 60 dólares por cada barril exportado. Un cálculo más optimista que el del presupuesto para este año, que se realizó contando con un precio del barril de 35 dólares, módico teniendo en cuenta que en el mercado internacional el crudo superó los 100 dólares.
La discusión del Presupuesto venezolano reavivó la polémica sobre el volumen de producción real de la petrolera estatal PDVSA. Según cifras del Ministerio de Energía y Petróleo, la producción actual es de 3,4 millones de barriles al día y, según los boletines de la Agencia Internacional de Energía y de la OPEP, es de sólo 2,33 millones; más de un millón de barriles menos de lo que sostiene Chávez.
A un mes de las elecciones regionales, que Hugo Chávez ha calificado de "vitales" para su proyecto socialista, el Gobierno procura insuflar optimismo dentro y fuera del país. Esta semana Venezuela ratificó que las condiciones de financiación y suministro de crudo a Petrocaribe (grupo de países de la región que reciben petróleo subsidiado) seguirán siendo las mismas: cuando el precio del barril sea inferior a 100 dólares, los beneficiarios sólo deberán pagar el 50% de la factura en 90 días; la otra mitad podrán pagarla en 25 años, con dos de gracia, a un 1% de interés. No obstante, el Gobierno anunció que los planes para construir refinerías en Nicaragua y otros países centroamericanos se congelan.
La mayoría de los analistas financieros consideran que, mientras no se revelen las verdaderas cifras del gasto público y las de producción de petróleo, Venezuela no podrá evitar hundirse también en la crisis. El ex presidente de la OPEP y ex presidente de PDVSA, Humberto Calderón Berti, prevé que los ingresos internos y externos se resentirán desde finales de 2009: "El Gobierno ya no va a tener recursos para sostener sus políticas populistas, ni para comprar amigos a nivel internacional", dice.
El ex director del Banco Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, también cree que con estas estimaciones de gastos y de producción "Venezuela no podrá subsistir". Su argumento es que casi todo el ingreso petrolero será absorbido por la deuda interna pública y privada (que oscila entre 10.000 y 12.000 millones de dólares) y por las importaciones (que alcanzaron los 50.000 millones de dólares en 2008). "Venezuela debe reajustar sus cuentas para sobrevivir: bajar las importaciones, el gasto exterior y el gasto público administrativo sin sacrificar el social. Proclamar que no pasará es una conducta poco razonable", añade Maza.
El Gobierno de Venezuela y los analistas sólo coinciden en que la otra alternativa para sostener este nivel de gastos es recurrir a las reservas internacionales y a los fondos de desarrollo que, según el presidente venezolano, son superiores a los 80.000 millones de dólares: "Venezuela está preparada para soportar cualquier precio del petróleo (...) Sólo en reservas internacionales tenemos 40.000 millones de dólares y en fondos binacionales con China y Rusia, tenemos otros 40.000", dijo Chávez en su habitual programa de televisión del domingo.
Una potencia energética que no tiene electricidad En los últimos seis meses se han registrado tres grandes apagones en Venezuela que han dejado a oscuras durante ocho horas a más de la mitad del país. También ha habido fallos del servicio que han dejado sin electricidad a algunas regiones durante más de cuatro días. En agosto, sólo en el Estado de Bolívar, donde funcionan tres plantas generadoras de energía que surten a Venezuela, Brasil y Colombia, hubo 209 apagones en cuatro días. Estos incidentes han generado pérdidas millonarias y atizado las protestas sociales.
Las ventas de generadores portátiles de electricidad se han disparado un 35%. Varios de estos aparatos fueron comprados por el Consejo Nacional Electoral, que envió uno a cada centro de votación para prevenir que un corte afecte las elecciones regionales del 23 de noviembre próximo.
Cuando se produjeron el primero y segundo apagón general (el 29 de abril y el 1 de septiembre, respectivamente), la contingencia se atribuyó a la falta de mantenimiento e inversión de las redes que distribuyen el servicio y al aumento de la demanda. El presidente de la Corporación Eléctrica Nacional, el general Hipólito Izquierdo, informó en septiembre de que la normalidad del servicio se reestablecería en 2014. Sin embargo, tras el último incidente, el Gobierno de Venezuela denunció sabotaje y ordenó la detención de tres empleados del servicio de mantenimiento eléctrico.
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