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domingo, 21 de febrero de 2010

Un venezolano brilla en Nueva York




Fuente: Todo en Domingo
Fotos: Todo en Domingo

David Foote pinta, ilustra y dirige videos con un sello tan particular, que ha merecido los halagos de la prensa norteamericana.

Aquí, este caraqueño de 29 años cuenta su historia de lustre mientras figura en la lista de las personas con más estilo.

La enigmática dimensión de
David Foote

Este venezolano de 29 años, pintor, ilustrador y director de videos musicales ha conseguido sacudir expectativas y arrancarle encomios a la crítica en La Gran Manzana. Con una seductora estética, ha trabajado con Armani Casa y Bo-Concept, ha recibido reseñas en New York Post, Teen Vogue, New York Magazine o Blackbook. Incluso la revista Fashion Week Daily lo incluyó en la lista de las 50 personas con más estilo.

Acá cuenta cómo ha logrado fascinar a una de las capitales más chic del planeta.

A veces es furtivo
como la sombra que se pierde por un callejón.

Otras veces, encandila como las impertinentes luces de un carro a la media noche. A ratos es arisco y veleidoso; otras, impetuoso y turbador. Cuando David Foote, el pintor venezolano radicado en Nueva York, habla, se atraganta.

Su apasionado discurso le entorpece las ideas y quizás, también, el inglés intenta dominarle el verbo, pero él no se deja. Desde su estudio en el barrio de Williamsburg, en Brooklyn, ha concebido una serie de lienzos que han suscitado la expectación de New York Post, New York Press y revistas como New York, Blackbook o Teen Vogue. Una muestra en solitario en Tribeca con "New girls", sus pinturas en blanco y negro, ha causado fascinación de artistas y socialités. Y las reseñas lo vinculan con referencias a Gustav Klimt, Tim Burton, Edward Munch y Edward Gorey.

"Me han dicho que soy el new Andy Warhol", cuenta. "Cuando tu trabajo le gusta a la gente es algo que no puedes controlar. A veces es un poco shocking", rebate desde el teléfono.

Esas chicas de sus cuadros, musas mustias y vanidosas, misteriosas femme fatales, esclavas de la dimensión mental de Foote, han sido todo un suceso, tanto que lo llevaron a estar en una alianza con Armani Casa para una exquisita exhibición.

Un verdadero lujo que ha podido vivir el chico que se formó en Parsons School of Design en Ilustración y Animación, escapado de Caracas buscando pintar el lienzo de su propia historia.

Una de sus pinturas logró que 10 marcas, entre ellas Bo-Concept, estamparan su gráfica en cortinas de baño, franelas, botellas de vino, jabones de lujo y hasta en patinetas, multiplicando su arte en una cool estrategia de mercadeo.

Lo que quiere hacer Foote es entregarse a la pintura. Por eso, pasa días enclaustrado en su estudio tomando café con hielo y escuchando los fascinantes acordes de Strauss: "Es lo único que escucho cuando pinto".

Montado en un pequeño andamio, pinta suspendido para lograr precisión con su pluma del siglo XIX y tinta china con la que remata exhaustivo y celoso toda su obra siniestra y romántica.

"Yo pinto todo el día. Cuando estoy a mitad del trabajo, siento náuseas por ver lo que me falta, pero ya no me puedo echar para atrás. Esa es la parte más difícil siempre. A veces pienso que no quiero pintar más y me siento miserable, pero no puedo hacer otra cosa", confiesa su obstinación, esa que lo embelesa y perturba como los más bruscos amores.

David Foote es de esos hombres que se fastidian rápido. Inquieto, debe enfrentarse a una técnica de acrílico y tinta minuciosa que lo hace batallar contra su miedo a aburrirse. "Cuando veo mi trabajo después de un tiempo, no me acuerdo ni cómo lo hice, es como si lo hubiese pintado otro. Cuando pinto pareciera que no acabara nunca, es como un rompecabezas", suelta bronco el artista que a veces habla al galope. Para sacudirse la monotonía, también dirige videos. Trabajó en el departamento gráfico de MTV y estuvo encargado de comandar uno de los comerciales ­provocativo y sensual­ del Hard Rock Hotel Las Vegas. Además, ha dirigido los videoclips de varias bandas: "Weakest ones" de A. R. E. Weapon, "Winter Wolves" de The Sword y "There’s a line you can cross" de Landding-Dreiden.

Todos con una estética lúgubre y misteriosa, en blanco y negro.

Ahora se prepara para filmar el video de una new artist llamada Anane. "Trabajar como director es divertido porque no tienes reglas", se convence. Incluso ha dirigido varios cortometrajes como Dinning Hall 838, The Hampton’s bikini bloodbath y Make-UP, con el que se alzó con el premio al mejor director en el Angel City Chicago Film Festival. Entre sus próximos proyectos está su primer largometraje Jaded.


El futuro no siempre es negro.
De niño sólo quería hacer trazos a creyones. A los dos años, cuando sus padres descubrieron que había dibujado un Mickey Mouse seis veces su tamaño, tomaron la resolución de pintarle las paredes del cuarto de pizarrón y de empapelarle el piso.

Así, con tizas y colores, el pequeño David no hacía sino dibujar cada vez que podía y quería.

"Desde chiquito mi mamá y mi papá siempre me empujaron a pintar", recuerda agradecido.

Cuando estudiaba en el colegio Jefferson de Caracas se tuvo que enfrentar al aburrimiento en los salones de clases. "No me gustaba estudiar, odiaba el colegio y sacaba malas notas.

Una vez llamaron a mis papás para decirles que lo único que hacía era dibujar en los cuadernos. Cuando llegamos a casa me dijeron: `sigue pintando", reconstruye con su verbo eufórico. Todo lo que dibujaba eran caricaturas con tinta en cuadernos de papel blanco. Allí concebía sus propias historietas. "Me gustaban los comics, las comiquitas japonesas, el pop art, Gustav Klimt, y me la pasaba viendo películas".

Foote ha seducido a un público con sus misteriosos lienzos. Con Cloud reading, otra de su serie de pinturas, las nubes se deshacen en medusas de tinta con tenebrosos tentáculos o como en las sinuosas y retorcidas raíces de árboles que esconden rostros como ánimas que imploran ser rescatadas.

"Creepy yet strangely cute" (espeluznante y aún así extrañamente linda) dijeron en una oportunidad de su estética. "Yo soy un personaje complejo, impredecible y excéntrico. Siempre me he sentido un incomprendido, pero no de una mala manera. Creo en la reencarnación, sé que he vivido muchas vidas. Yo hubiese pegado más si hubiese vivido en 1760, por ejemplo", se examina. Tiene un temperamento febril y vibrante, así como una personalidad austera que a veces aturde, pero con la que ha seducido tanto como su trabajo.

"Exciting", "Alarming", "Charming". (Excitante, alarmante, encantadora) son adjetivos con los cuales se han referido a su pintura. Sin contar las sugestivas menciones a su estampa en ocasiones dandy ­"o como la caricatura de un caballero"­ y a veces oscuramente barroca: "Sé que a veces transmito una imagen confusa". Lo han bautizado como "sultry venezuelan artist", "strikingly handsome", "hot NYC bachelor" (sensual artista venezolano, llamativamente guapo o el sexy soltero de Nueva York). En parte se entiende por qué en 2007 la revista Fashion Week Daily lo seleccionó entre las 50 personas con más estilo del planeta.

"Cuando pinto es como si me estuviesen dictando las imágenes. La mayoría de mis pensamientos son visuales. Cuando empiezo a dibujar a lápiz me echo para atrás para verlo a distancia, me sorprendo, pero la pintura no llega a la vida hasta que llega la tinta", dice efusivo.

Por ahora lo ocupa su nueva serie, "Madonna and child", en la que se aísla del blanco y negro.

La expondrá en septiembre, al igual que las ilustraciones de tres cuentos infantiles que publicará Knopf, una de las ramas editoriales de la prestigiosa Random House, entre ellos uno de su propia autoría llamado Villain (Villano), sobre una oscura y divertida historia de una escuela de villanos. "Durante un tiempo yo me la pasé `pelando bolas’, comiendo sólo un slice de pizza al día mientras trabajaba en una tienda. Pero yo pensaba: si esto fuese una película y yo fuese el protagonista, pronto tiene que venir la parte en que todo va a salir bien". Y demostró su tesis: con una carrera en escalada, su propia productora, Fluorescent Films, y lienzos que se cotizan hasta en 15.000 dólares, ha logrado fascinar a La Gran Manzana. Y apenas es el comienzo.

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