martes, 26 de febrero de 2008
LA CARACAS DE ELBA ESCOBAR
Publicado por Estampas
Elba Escobar
"Mis personajes están llenos de Caracas"
Niña de barrio, dama de la actuación, amante de la ciudad, y amada
por ella, halla en la capital el fundamento vivo de su profesión
Por Johan M. Ramírez Foto: Natalia Brand
Soy una niña de barrio. Nací en Santa Rosalía, en la calle del medio de Prado de María", dice, y en seguida surge su simpatía irresistible. "Soy como Conny Méndez", refiriéndose a la famosa cantautora, y sin perder un segundo canta: "Yo soy venezolana, de la pura capital, del eje de mi tierra, del Distrito Federal", y suelta
su risa característica.
Elba Escobar, sencilla, extrovertida, maestra de profesión y actriz de toda la vida,
es una amante confesa de Caracas, cuya influencia no ha podido ni querido resistir. "Mis personajes están llenos de esta ciudad", asegura. "Cuando interpreté a Mística Gamboa, una vendedora de arepas, debí nutrirme de la calle. Gracias a que grabábamos en una arepería de verdad tuve experiencias inolvidables", cuenta.
Durante años usó el transporte público, aventura que adoraba, pues siempre ha
creído que la mejor forma de vivir la ciudad es montada en un autobús.
Ya de bachiller, la presunta vocación la hizo estudiar Física y Matemáticas en el Instituto Pedagógico de Caracas, hasta que el teatro y su talento la convencieron
de que su destino estaba sobre las tablas.
Por esa época vivió en el recién construido Parque Central, novedosa edificación
que ella, en su etapa de rebeldía, detestaba profundamente. "Odiaba vivir allí porque me sentía encerrada. Hasta escribí varios poemas contra esa 'jaula de concreto'", recuerda.
Tal repudio surgió por su urbana fascinación de mirar, desde su ventana, el interior
de las casas que la rodean, curiosidad que no podía saciar en Parque Central. "No
es que sea voyerista", aclara, pero admite su debilidad por pasar la mirada sobre el vecino que lee la prensa en el sofá, sobre la abuela que riega las plantas, o sobre
la señora que cuelga la ropa en el tendedero de al lado.
"Es que de niña -justifica- veía eso a diario, porque frente a mi ventana estaba la sala de mi vecino".
También de pequeña soñaba vivir frente a una montaña, ilusión que cumple a medias en su actual residencia, pues desde su cuarto ve un pedacito de El Ávila que, aunque no le es suficiente, igual lo agradece.
Hasta hace poco Elba vivió en San Antonio de Los Altos, lo que le permitió disfrutar un placer personal inolvidable. "Amaba bajar la Panamericana y entrar a Caracas por la autopista Valle-Coche, con El Ávila de fondo. Llegar a la ciudad con ese cerro dándome la bienvenida era maravilloso", cuenta.
Y es precisamente El Ávila una de las razones por las que la capital le resulta encantadora. "Esa montaña es como la mamá grande de todos los caraqueños. Más que mamá, abuela, o bisabuela. Yo la siento como el antepasado maternal más hermoso que tenemos", afirma.
Después de casi 30 telenovelas, decenas de personajes y tres décadas de vida artística, vive la actualidad a través de la radio. De lunes a viernes conduce Elba en Onda en la 107.9 FM. Desde allí la urbe la enamora por la mensajería de texto. Unos le proponen matrimonio, otros le declaran su amor, en fin, "es como si la ciudad entera se expresara mediante el 6632", dice.
Actriz empedernida, no toma a la ligera la última pregunta: si esta ciudad fuese un personaje, ¿cómo lo interpretaría? Tras un largo silencio dice: "Caracas sería profunda, intensa, rebelde, madura, madre de muchos hijos, señora de muchos amantes. Unos la han consentido, otros la han maltratado. Sería una mujer herida. Gloriosa, pero herida. Con heridas profundas: curadas unas, sangrantes otras.
Pero, a pesar de tanto dolor, estaría sana, digna y sin rencores".
Asistente de fotografía: Anita Carli
Etiquetas:
ENTREVISTAS Y BIOGRAFIAS,
EXTRANANDO A VENEZUELA
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