PUBLICADO POR ESTAMPAS
Están casados, pero hay mucho más que eso. No sólo despiertan viéndose las caras sino, además, se las siguen viendo a lo largo del día. Son parejas que comparten exitosos proyectos profesionales, y de vida, tanto dentro como fuera de casa.
Por María Elisa
Espinosa.
Fotos: Natalia Brand
María Isabel Párraga y Unai Amenabar
Por la misma pista
Sus vidas se han convertido en una carrera contra el tiempo, y, como para enredarse un poco más, les ha dado ahora por correr (¡qué no es lo mismo que salir corriendo!). Se conocieron en sus años de estudiantes en la Universidad Católica Andrés Bello y desde allí no se han querido separar. En ese entonces les picó la misma avispita del teatro universitario y del periodismo, así que no se dijo más: Vamos a hacer una vida juntos… y revueltos, también.
Son María Isabel Párraga y Unai Amenábar, periodistas incansables, pero, además, padres de tres, por lo cual ya será fácil imaginar cómo es un día cualquiera de sus vidas. La rutina comienza preparando a la prole para el colegio; desde los altos mirandinos, donde viven, deben bajar a Caracas, cada quien a ocuparse de lo suyo: Él, como conductor de un programa matutino en la emisora Actualidad 90.3 FM de Unión Radio, así como de la emisión estelar de El Noticiero de Venevisión.
Ella, conduciendo, de 12:00 m a 1:00 pm, el programa Al mediodía por el circuito CNB; dando dos materias en la Universidad Monteávila; y participando cada tarde, de 5:00 a 8:00 pm, ante las cámaras de Globovisión, en el programa Aló Ciudadano. Pero, además de eso, súmele a este "rally" los entrenamientos matutinos, ahora que se han metido a corredores de maratones (ya llevan tres: dos en Nueva York y uno en Roma… más el que realizarán en París en abril próximo) e, igualmente, las columnas de opinión que cada uno escribe para las páginas de El Universal, así como la reciente creación de una oficina de asesoría comunicacional y proyectos editoriales que emprenden juntos. ¿Que cómo hacen todo esto y todavía llegan enteros en la noche? Unai asegura que prefieren no pensarlo… "¡Si lo pensamos, no lo hacemos! (risas)". María Isabel apela a las comparaciones: "Un poco haciendo de nuestras vidas una similitud con el deporte, todo esto se consigue trabajando en equipo; si no fuera por eso, la cosa no funcionaría".
Claro que no se olvida de precisar la gran ayuda que tienen en casa: una tía de ella que es como abuela de los niños, además de un matrimonio que les apoya en todo lo relativo al manejo doméstico. No niegan que, habida cuenta de una corredera diaria como ésta, es algo fácil entrar en crisis "en la mañana, en la tarde y en la noche", según bromea Unai, mientras María Isabel opta por dar su fórmula mágica para salir airosa de tamaña empresa. "A mí me ha servido mucho correr… Cuando corro, libero mucho el estrés; hay algo mágico que son las endorfinas, que una vez que las pruebas no quieres soltarlas nunca más. De hecho, siento que, con todo y todo, ahora que hago muchas cosas en la vida, tengo mucho más energía para enfrentarla gracias a la liberación de estas hormonas.
Además, a mí el deporte me ha servido para meterle a la parte espiritual y de reflexión vital: las cosas más sencillas son las que te dan los grandes placeres", comparte generosa. Y, dicho esto, será fácil concluir que esta pareja se siente bastante satisfecha. "Claro que uno siempre se replantea. Creo que en determinados momentos del matrimonio, hay una revisión sobre lo hecho y sobre lo que viene. En este momento, Unai y yo estamos en la nota de disfrutar a los chamos. Eso es ahora lo prioritario: después de una carrera por la vida profesional, nos estamos dando a la familia, que es, en definitiva, la siembra que queda".
Ficha matrimonial
•17 años de casados.
•Tres hijos: Alai de 12, Aitor de siete y Ander de cuatro.
•Atributos de ella según él: "El humor, su esmero por el cuidado físico y la coquetería; además de ser una gran mujer en todos los sentidos".
•Atributos de él según ella: "El humor, es mucho-muy cariñoso ¡y me parece guapísimo todavía (risas)!".
•Defectos de ella según él: "Puede ser un poco mandona, ante lo cual hay que ser rebelde (risas); hay veces que se obsesiona frente a una meta y se centra sólo en eso; y el tercer defecto: que no me deja decir sus defectos (risas)".
•Defectos de él según ella: "Es un poco terco, además de rebelde".
Javier Vidal y Julie Restifo
Con las tablas puestas
Que nadie lo ponga en duda: el rol que más le gusta interpretar a esta pareja de actores es el de felices padres, y se lo toman bien en serio. Pero, además, Javier Vidal y Julie Restifo resultan la prueba más patente de que se puede estar casado y, al mismo tiempo, compartir un medio tan competitivo como el artístico sin necesidad de andar pisándole los talones al otro. Es más, justamente por esto de compartir oficio, es que a este matrimonio le ha ido como le ha
ido: "Creo que sería más problemático que no trabajáramos en el mismo medio… Javier
y yo, incluso desde la universidad, cuando él era mi profesor de Radio (en la carrera de Comunicación Social) y creamos un grupo de teatro universitario, comenzamos a crecer y nos hemos nutrido en conjunto, pues tenemos el mismo criterio de vida y los mismos gustos", apunta ella para que luego él le complete: "Incluso nos ha ido mucho mejor cuando estamos cercanos en un proyecto que cuando estamos separados: nos hemos acostumbrado a estar muy cercanos en esto".
Y sí que se han acostumbrado; ya llevan 25 años de matrimonio y un poco más de tiempo compartiendo carrera: "Realmente somos el apoyo el uno del otro, y un apoyo importante. Entre nosotros no hay competencia en los momentos en que yo no trabajo y él sí, o viceversa. Nunca hemos tenido el conflicto de que obligatoriamente tiene que ser el hombre el que traiga la plata a la casa. No creo que eso todavía exista dentro de una pareja… Al menos aquí nunca ha sido así", revela la actriz, precisamente, en uno de los tantos rincones de la quinta adquirida con el esfuerzo de años de trabajo de ambos en las tablas y en la televisión.
A ella le cuesta disimular la admiración por el esposo y colega: "Todo el mundo sabe que Javier es una de las personas que más conoce sobre teatro en el país porque es uno de los artistas más completos". Él, en contraprestación, además de otorgarle también suficientes créditos en materia artística, advierte con justicia que es quien verdaderamente (con la ayuda de la señora que los ha acompañado durante 15 años) sabe llevar los temas domésticos de la familia, especialmente en los momentos en que no se encuentra desarrollando ningún proyecto profesional. De hecho, según coinciden ambos: Julie es la pragmática de la pareja. "Ella es la verdadera ama de casa, esta casa sin ella se cae".
Cuestión que ratifica la aludida: "Efectivamente, yo soy quien económicamente administra la casa y los bienes de los dos, mientras Javier se ocupa de la parte intelectual; él es quien siempre está viendo qué proyecto debemos aceptar, más allá de que discutamos entre los dos lo que más nos conviene". E igual cosa suele suceder con el programa de radio que comparten en La Romántica 88.9 del circuito FM Center, cada sábado de 12:00 m a 2:00 pm, donde hablan e interactúan con la audiencia sobre su bien enraizada pasión por lo artístico. A propósito de la radio, Javier no la descarta como una opción en sus carreras: "Vemos este medio como un enorme potencial de desarrollo, pues en la televisión no se han inventado papeles de tatarabuelos (risas)".
Están claros de que en la pequeña pantalla llegará un momento en que no tengan cabida y para eso se están preparando: "Estamos muy agradecidos de todo lo que nos ha ofrecido la televisión, pero estamos conscientes de que es un medio que se maneja así", comenta quien, a pesar de estar rozando los cincuenta, luce mejor que muchas treintañeras. Por lo pronto, parece que -queriéndolo o no- dejarán su herencia en las tablas venezolanas, pues ya sus hijos -Jan y Josette- están dando muestras del tipo de sangre que les corre por las venas. Es un hecho que a los dos les gusta el teatro… ¿Y cómo no gustarles si es lo que han vivido desde que tomaban tetero?
Ficha matrimonial
•25 años de casados.
•Dos hijos: Jan, de 19, y Josette, de 14.
•Atributos de ella según él: "Con el paso del tiempo sigo sintiendo que estoy muy enamorado de Julie, ella no ha perdido su sensualidad".
•Atributos de él según ella: "Es una de
las personas más brillantes que conozco, además de que es un hombre romántico y detallista. Todos los días una se siente amada, querida, respetada…".
•Defectos de ella según él: "A veces tiende a adelantarse a los acontecimientos y puede ser muy desconfiada, además de que sigue celándome (risas)".
•Defectos de él según ella: "Su terquedad, aunque aminorada, pues siendo Tauro debería ser mucho más terco de lo que es".
Nelson Bocaranda
y Bolivia Belisario
Dúo de pocas convenciones
Ni él es relacionista industrial ni ella periodista, pero están aquí hoy porque
25 años de casados han sido suficientes para convertirlos en una pareja con dos nombres que ya suenan a sinónimo. Él, Nelson Bocaranda, de quien no quedará
ya mucho por decir, a no ser que todavía algún venezolano no sepa de su afición por
la magia y por los chistes -de hecho, los tiene sistematizados en un archivador electrónico- confiesa no saber qué hacer cada vez que Bolivia Belisario -a quien conoció en Nueva York un 11 de enero de 1980 y en ese mismo instante se atrevió a darle el notición de su vida: "¡Algún día te casarás conmigo!"- no se encuentra a su lado para resolver menudencias tales como llenar un cheque o pagar el teléfono de la casa. "Es que soy malísimo para todo lo administrativo. Bolivia es la que se encarga de eso".
Ella no lo desmiente y sonríe de lo más discreta, pues, como también confiesa, es una persona a la que le gusta andar por la vida de bajo perfil. Sin embargo, desde hace un par de años, o algo más, le ha tocado dar la cara como la imagen principal de Senos Ayuda, una fundación dedicada a la prevención y lucha contra el cáncer de mama en Venezuela. Le diagnosticaron la enfermedad hace menos de un lustro y desde entonces ha entendido dónde está su función social.
Nelson, un hombre de medios acostumbrado a las cámaras, los micrófonos y la tinta, le ha servido (mientras no descuida lo suyo) como el más cercano colaborador en esa tarea; y podría decirse que lo hace en compensación por todo el apoyo que ella le ha dado a lo largo de su carrera periodística, cuando, por ejemplo, era ella quien respondía cada una de las cartas que recibía en A puerta cerrada, uno de los programas que más proyección le diera a Bocaranda en los años ochenta desde las pantallas de Radio Caracas Televisión. "Me quité la careta porque entendí que sólo así podía lograr muchos de los objetivos de SenosAyuda, como recaudar fondos para ayudar a tantas mujeres que no tienen recursos ni para hacerse una mamografía", se explica Bolivia. Han estado casados, como se dijo ya, durante un cuarto de siglo… Literalmente: ¡Bodas de Plata!, pero, lejos de lo que muchos pudieran pensar, esta pareja dice ser muy poco convencional, razón por lo cual terminaron dándose cuenta de que estaban cumpliendo tan importante aniversario el pasado noviembre, cuando unos amigos se encargaron de recordárselos durante un viaje a Chile.
"Si es por nosotros, ni nos enterábamos (risas)", calcula Nelson. Y así como las fechas no les interesan tanto, el humor sí, aunque cada uno lo demuestre a su estilo. El de ella es sutil pero, asimismo, certero: "Quizás esta sea la última entrevista que nos hagan como matrimonio ejemplar… ¡Se nos acaba de ir la muchacha que había trabajado con nosotros durante nueve años! (risas)". El de él lleva un poco más de efectos especiales, así que no se extrañe si un día se lo encuentra con un trío de manzanas haciendo malabares en un mercado; contando chistes en el rincón de una fiesta; o, como sucedió en las proximidades del referendo por la reforma constitucional, luciendo franelas que mandó a estampar con expresiones como: "No sé nada" (por el frente) y "No me pregunten" (por detrás).
El asunto está en que al lado de él se encontrará Bolivia, ya bien acostumbrada a este tipo de gracias, al igual que él ya lo está a la honesta necesidad de su esposa, cada cierto tiempo, de tomar aire a solas o en compañía de amigas. "Esa creo que ha sido la clave de nuestro matrimonio", sentencia ella y aclara: "A mí me encanta de pronto perderme, irme de viaje por mi cuenta o quedarme luego de que todos hayamos estado haciendo el viaje que solemos hacer cada año en familia. Nelson regresa con los muchachos y yo sigo… Ese es un espacio que procuro darme de vez en cuando".
Ficha matrimonial • 25 años de casados.
• Dos hijos: Nelson Eduardo,
de 24, y Cristina, de 22.
• Atributos de ella según él:
"Su inteligencia, lo preparada
que está y lo íntegra que es".
•Atributos de él según ella:
"Su inteligencia, el sentido del humor
y el valor que le da a la mujer".
•Defectos de ella según él:
"Es muy estricta".
•Defectos de él según ella: "Su falta de planificación y lo
desordenado… De hecho, su carro parece un quiosquito, por todas las revistas
y libros que deja allí (jajajaja)".
jueves, 14 de febrero de 2008
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