Desde Calgary para Venezuela

PUBLICADO POR EL NACIONAL
Foto: El Nacional

Desde Calgary para Venezuela

Nosotros extrañamos mucho a Venezuela y nuestras costumbres, pero al mismo tiempo vemos con alegría el estar legalmente ejerciendo fuera de nuestro país, cosechando éxitos, y viendo a nuestro hijos crecer en tranquilidad, sin violencia ni constantes amenazas de crimen

Actualmente resido en Calgary. Esta es una ciudad de un millón de habitantes aproximadamente, ubicada al oeste de Canada, en la provincia de Alberta vecino a British Columbia. La vida qui es muy tranquila y existe una comunidad grande de venezolanos.

El frío es si se quiere el único enemigo, pero al mismo tiempo es el factor que ha ayudado a mantener la ciudad con un margen pequeño de vagos, maleantes y criminales. Las temperaturas pueden bajar hasta unos 35 grados bajo cero en pleno invierno. Gracias a los vientos cálidos Chinok, Calgary disfruta de períodos (semanas) de mejor clima, entre - 5 y + 5 grados centígrados de vez en cuando durante el invierno.

Nosotros extrañamos mucho a Venezuela y nuestras costumbres, pero al mismo tiempo vemos con alegría el estar legalmente ejerciendo fuera de nuestro país, cosechando éxitos, y viendo a nuestro hijos crecer en tranquilidad, sin violencia ni constantes amenazas de crimen. Los niños aprenden Inglés y Francés en la escuela, lo cual los hará más aptos para subsistir y/o progresar en el mundo ultra competitivo que les espera.

La comunidad de venezolanos de Calgary y de Alberta en general es muy unida. Me hace pensar con frecuencia que estamos aprendiendo a ser inmigrantes, y aunque suene triste aceptarlo, durante muchos años laboramos en la industria del petróleo de Venezuela con escasas oportunidades de medirnos en el exterior. Hoy por hoy vemos muchos casos donde somos los venezolanos los que estamos liderando el camino a seguir en el desarrollo de los proyectos de exploración, extracción y mejoramiento de crudo.

Estas navidades tuvimos la fortuna de cocinar nuestras propias hallacas. Gracias a un pequeño supermercado que trae productos de America Latina, coseguimos todos los ingradientes, incluyendo las hojas. Nunca será igual pasar unas Navidades aqui versus en Venezuela, pero si les puedo contar que estuvimos unidos (6 o 7 familias); cenamos comida criolla; oimos aguinaldos, gaitas y música de otros géneros latinos; y bailamos un poco. Faltaron los fuegos artificiales que aqui no están permitidos.

Dato curioso es que aqui uno puede optar por cortar su propio árbol de Navidad en zonas que el Gobierno ha designado para ello. Mas curioso aún es que por lo general son pinos tipo Caribe y no de los frondosos tipo Canadiense que venden en Venezuela.

Mantenemos los ojos en lo que está sucediendo en Venezuela y apoyamos desde afuera a nuestros familiares, para que al menos tengan una mejor oportunidad de salir adelante ante tanta adversidad.

Desde lo mas cercano al Polo Norte, les saludamos con cariño.

Roberto Rodriguez E.
Canadá