lunes, 28 de enero de 2008
El cine nacional LA PREFIERE RUBIA
Publicado por Estampas
Elaiza Gil, Alberto Alifa, Miguel Ferrari y Luis Chataing encabezan el elenco de la cinta El tinte de la fama, de Alejandro Bellame, a estrenarse el próximo primero de febrero. La vida de un icono de Hollywood -Marilyn Monroe- es el punto de partida para hablar de la pérdida de identidad.
Por Pablo Blanco
Que su verdadero nombre era Norma Jean Morteson, que su ídolo era Jean Harlow, que era conocida como "el sueño de los fotógrafos", que el pelotero Joe DiMaggio fue el gran amor de su vida, que su primer desnudo artístico la consagró en la industria del entretenimiento, que se ausentó del rodaje de la cinta Something's Got to Give para cantarle el cumpleaños feliz al presidente John F. Kennedy, con quien se le relacionara sentimentalmente, que las causas de su muerte aún no están esclarecidas… Son tantas las cosas que se saben de la recordada y celebrada Marilyn Monroe, que dar una "primicia" sobre su vida o su desvanecimiento es casi imposible. No obstante, a 82 años de su llegada al planeta y 46 de su partida del mismo, hay algo que usted probablemente ni se imagina de esta estrella californiana. Algo que los tabloides más amarillistas que su platinada cabellera se pelearían como una exclusiva. Y es que Monroe ahora vive en el centro de Caracas. Bueno, al menos eso es lo que se cuenta en la cinta El tinte de la fama, del venezolano Alejandro Bellame, a estrenarse en la cartelera local el próximo primero de febrero. Elaiza Gil, Alberto Alifa, Miguel Ferrari y Luis Chataing encabezan el reparto de este drama escrito por Bellame junto a Armando Coll y Alberto Gómez Díaz. La vida de uno de los iconos más influyentes de Hollywood sirve de pretexto para hablar de la pérdida de identidad y del sueño americano que -en palabras de Bellame- "todos llevamos por dentro".
Dos Evas y un Adán
Magaly (Elaiza Gil) y Arturo (Alberto Alifa) conforman una joven pareja de recién casados, a punto de ser desalojada de un edificio que se va a demoler en la Esquina de Abanicos de la parroquia Altagracia. Él, que no pudo alcanzar el reconocimiento como artista, ahora es mánager de nuevos talentos. Ella trabaja en un establecimiento de comida rápida. En medio de este contexto, la pantalla del televisor transmite El tinte de la fama, un programa de concursos que constantemente busca dobles de famosos. En el mismo, el animador de turno (Luis Chataing) anuncia que se iniciará la búsqueda de la doble de Marilyn Monroe. La ganadora obtendría una suma de 25 mil dólares como premio. La oportunidad es perfecta, pues, para que los desdichados protagonistas intenten salir del atolladero en que se encuentran. Arturo convence a Magaly de que comience su transformación física para emular el glamour de la diva hollywoodense y así cambiar el estado de su cuenta bancaria. En el camino se atraviesa Héctor (Miguel Ferrari), un travestido que jura ser la mismísima reencarnación de Monroe en el tercer mundo. Este último se convertirá en el gran aliado para lograr el anhelado extreme make over de Magaly; una tarea tortuosa para el trío de soñadores. Después de varios intentos, la protagonista logra, no sólo comenzar a parecerse a la famosa rubia platinada, sino también a padecer su misma infelicidad.
Demasiado trópico
Fabiola Colmenares iba a ser originalmente la Magaly de El tinte de la fama. Pero, por un compromiso en el extranjero, la actriz no pudo asumir el papel. Se abrió entonces el proceso de casting en el que Elaiza Gil queda seleccionada. "Me había dejado llevar por el encantamiento de Fabiola, creo que tenía una buena base para transformarse en Marilyn", comenta Bellame. "No obstante, en pleno rodaje, cuando comienzo a trabajar con Elaiza, me doy cuenta de que, precisamente, el reto de Magaly de convertirse en Marilyn era el mismo reto de la película de demostrar que cualquiera podría ser Marilyn, porque Monroe dejó de ser una persona para transformarse en un símbolo". Elaiza, quien tuvo que subir cinco kilos de peso para entrar en personaje, agrega: "Alejandro (Bellame) tardó tres semanas en decirme que había quedado seleccionada, lo cual fue toda una agonía (risas). El tinte… terminó convirtiéndose en uno de los proyectos que yo más amo en mi vida. La atormentada vida de Marilyn se me hizo adictiva. Me enamoró su mezcla de inocencia, amargura y nostalgia. Es increíble descubrir cómo una mujer con tanto éxito fuese tan infeliz". Como anécdota está la ocurrida con la decoloración de cabello de Elaiza. "Todos creíamos que yo iba a quedar 'platinada' al instante. Pero soy morena y el cabello me quedó entre anaranjado y fucsia. Teníamos que suspender el rodaje por culpa de un tinte. Entonces surgió una frase de Miguel Ferrari, en torno a mi apariencia que, luego, se sumó a una escena en la que me toma el cabello, que era un chicle, y me dice: 'Demasiado trópico'.
La sombra del mito
La cinta puede ser interpretada como un homenaje a Marilyn, aunque su director asegura que la historia tiene múltiples lecturas. "En todo caso se rinde homenaje a la Marilyn que, antes de ser icono, fue persona. No, no soy fanático de Monroe, mi intención y la de los otros dos guionistas era hacer una metáfora acerca de la identidad. El personaje principal suplanta su identidad para asumir la de alguien que perdió su identidad genuina. Muchos me preguntan si es una película dirigida a la comunidad gay, que, como se sabe, idolatra a la artista, pero no creo que sea así. La audiencia puede ser tan diversa como la cantidad de personas que tiene un sueño: desde el más humilde hasta el que quiere ser presidente de la República (risas)". En todo caso, la cinta transcurre en una constante alusión a la vida de la estrella en cuestión, a través de recordaciones a lo que ha conformado su iconografía dentro del showbiz y, también, a los momentos televisados que marcaron su vida. La caracterización de Ferrari sirve de pretexto para sacar a relucir otras leyendas cinematográficas: el personaje de Héctor asegura ser hijo de Clark Gable y Jean Harlow y sobrino de Marlene Dietrich, entre otros de sus "familiares" acomodados en llamativos portarretratos. La producción fue ayudada por coleccionistas de objetos alusivos a Monroe que fueron incorporados en la dirección de arte a cargo de Evelyn Villegas. Algunos afiches fueron sacados de la habitación de Elaiza Gil. "Una vez, en plena filmación, el camarógrafo me dijo: 'No te muevas mucho hacia la pared porque detrás de tu sombra hay otra más grande'. Y le dije: '¿Cómo?'. Me asusté muchísimo. Y aunque creo en Dios y en la Virgen, supongo que hay energías que se mueven cuando uno está en esto", comenta la actriz.
La comezón del séptimo año
El tinte de la fama fue terminada en 2001 y sus productores tenían previsto estrenarla en 2002, pero diversas circunstancias -como la crítica situación política, económica y social del país durante ese año- impidieron su llegada a las salas de cine locales. Luego, el asunto fue mermando por otros factores. Entre otros elementos que delatan la "edad" de la película (siete años) se encuentra una cinta de VHS, la cual cobra una significación determinante dentro de la trama. Gil confiesa su preocupación por la data del film. "En ese entonces no existía el revuelo actual que hay con el cine venezolano, ahora todas las producciones nacionales tienen una intervención computarizada por delante y las bandas sonoras son hechas por grupos alternativos. Nosotros lo más tecnológico con lo que contamos fue con un steadycam (cámara operada mediante un arnés) que, de paso, creo que fue uno de los primeros del cine nacional. Hicimos todo con las uñas y no sé si eso se convierta en una desventaja".
Vida de película
Algunos de los momentos de la vida de Marilyn recreados en la película, a través del personaje de Magaly, son los siguientes:
• El hecho de que su madre fuese recluida en un sanatorio mental.
• Su famoso desnudo sobre sábanas rojas
para un calendario concebido por
el fotógrafo Tom Kelley en 1949.
• Su contoneo en la cinta Niágara, de Henry
Hathaway, estrenada en 1953 (Arturo le
pide a Magaly que se mueva como Marilyn
"en la película de las cataratas").
• La vez que le cantó cumpleaños a John F. Kennedy en 1962.
• Su adicción a los barbitúricos que,
supuestamente, acabarían con su vida.
Fotos: Mariana Yepes
EL TINTE DE LA FAMA TRAILER
Etiquetas:
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