viernes, 25 de abril de 2008
"Hemos tocado en todos los antros de Caracas"
Ay se le pegó lo Mexicano.... Antro es bar o sitio nocturno en méxico.
Publicado por Estampas.
Horacio Blanco
"Hemos tocado en todos
los antros de Caracas"
Vocalista y compositor de Desorden Público, no ignora los guiños
de la ciudad, pues ellos son, en gran medida, su cantera de inspiración
Por Johan M. Ramírez Foto: Natalia Brand
''Alucinante: tocar en La Carlota para 150 mil personas. No olvido el alarido inicial del público, una masa de energía que nos apretaba el pecho. Y yo estaba allí, muriéndome de los nervios, y entonces empecé a sentir que la tarima se desvanecía", dice un emocionado Horacio Blanco. "Pensarán que soy gay -advierte-, pero se me erizan los pelos". Y no podía ser distinto, pues habla de un concierto memorable, el clímax de su banda, Desorden Público, en 1998.
"Conectarse con la gente aquí es muy especial, y no es difícil lograrlo. Uno se siente en familia, y así sea en El 23 de Enero o en La Lagunita, ésta es nuestra casa", asegura. Acá encuentra un universo detrás de lo cotidiano, mil puertas que se le abren en cada esquina, como si la ciudad entera le picara un ojo, lo que se convierte para él en una cantera de inspiración.
"Nuestro último disco (Estrellas del caos) nace en la anarquía capitalina; en la
carátula del disco anterior (Plomo Revienta) aparecemos huyendo de una balacera
en El Silencio, y allí grabamos Valle de balas y Allá Cayó, temas basados
en el entorno de esta ciudad", cuenta.
Y como muestra irrefutable ofrece, también, el nombre de la agrupación: "Desorden Público es una burla a los camiones que antes estaban por toda Caracas para 'reforzar la seguridad'. Los custodiaba la Guardia Nacional, estaban pintados de verde, y decían, grandote, 'Orden Público'". Pero había otra justificación. Cuenta que un día andaba en Sabana Grande con unos "panas punketos", y los guardias, sin razón, los metieron en uno de esos camiones y los humillaron terriblemente. "A mí me obligaron a hacer flexiones hasta que ya no aguantaba", dice. Así, pues, no sólo por mofa, sino por venganza, se bautizaron musicalmente.
Pero todo comenzó hace dos décadas, cuando Horacio y sus amigos, hartos de manipular cassettes como Dj's en varios locales de la ciudad, decidieron formar su propia banda. "Ensayábamos en una casa de Vista Alegre, y luego tocamos en todos los antros de Caracas", rememora. Con el tiempo la agrupación logró un mérito envidiable: calar en la juventud de la ciudad a lo largo de 20 años, algo comprobado en la celebración del cumpleaños 18 de la banda, en el Teresa Carreño. "Allí estaban dos generaciones, padres e hijos, gozando el concierto".
La misma versatilidad observa cuando, en el oeste, un mototaxista le saluda: "¡Ése Desorden!"; y una hora después, en el Centro Comercial más high, una sifrinita le reconoce y le dice: "¡Hola, Horacio!". "Eso demuestra que hemos gustado en las 'distintas ciudades' que hay en Caracas", apunta.
Tan cierto, que hasta en las cárceles capitalinas han descargado su música. En 1995 hicieron una gira penitenciaria con paradas en la Cárcel de Mujeres y en El Rodeo. "Eso fue muy heavy, pero especialmente la segunda, porque la tarima era una cancha de basket entre dos edificios enemigos. Estábamos en el medio de una 'culebra' muy grande. Donde se veían, se mataban".
Pasada la experiencia y tras 10 años como banda, la Alcaldía del Distrito Federal les concede la Orden Buen Ciudadano por sus aportes a la cultura. Cuando el alcalde, Antonio Ledezma, subió a una tarima dispuesta en Plaza Venezuela para la condecoración, los abucheos casi lo hacen bajar del escenario. Horacio debió calmar a la multitud. "La gente no entendía que un gobernante estuviera junto a nosotros. Para ellos era un contrasentido, pero para nosotros, en el fondo, era una reivindicación".
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ENTREVISTAS Y BIOGRAFIAS,
EXTRANANDO A VENEZUELA
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